Con el corazón a medio fuego, Bobby Larios le pone punto final a su paso por MasterChef Celebrity México. Esta vez no salió por un escándalo amoroso ni por declaraciones explosivas: el exgalán de telenovela dejó su huella con sazón, un roce con la chef Zahie Téllez... y un peluche que se robó cámara más que varios concursantes.

“Me quedé triste, pero agradecido”, dice con honestidad Bobby, a unos días de convertirse en el quinto eliminado del reality.

“Hasta el otro día me cayó el veinte”, confiesa, refiriéndose a ese momento de resignación que llega tras colgar el mandil. Aunque siempre fue un personaje polémico en otros escenarios, en esta cocina su papel fue otro: un tipo simpático, entrañable y más interesado en cocinar con amor que en prender fuego al drama.

Pero ojo, que en toda cocina salta aceite, y la fricción con Zahie Téllez fue inevitable. “Es una mezcla de todo: del show, de los egos, del ‘yo puedo’ y ‘tú puedes’...”, resume.

Y aunque él defiende su estilo con el mismo ímpetu con que antes defendía su amor por Niurka, dice que no hay rencores de sobremesa. Pero, ¿le cocinaría a Zahie para limar asperezas? “No, la verdad no. No hubo buena onda. Ojalá nunca me la encuentre”, responde directo, sin aderezo.

"No hubo esa parte como con Poncho Cadena, quien se dio mucho a querer, es maravilloso el Poncho, de verdad que muy educado", reconoce Larios.

Detrás del mandil, sin embargo, Bobby mostró otra receta: la de su lado más humano. Uno que aprendió a cocinar con el ejemplo de su madre, quien tiene su propio canal de cocina. “Lo que aprendí de chico se me quedó grabado”, dice. A eso se suma el sazón casero que comparte en redes, donde a diario da recetas, consejos y hasta prepara helado de pistache con yogur griego. “Las chicas son las que más se conectan”, presume entre risas.

Y como si todo eso no fuera suficiente, Bobby llegó al set acompañado de Gulliver, un ratón de peluche al que adoptó como su pequeño ayudante de cocina.

“Lo vi en la calle, me llamó la atención y pensé: este es el Ratatouille mexicano”, cuenta. Gulliver no cocinó —según Bobby— pero sí ayudó a construir un personaje entrañable y cómico que encantó a niños y grandes. “¿Qué dijo Gulliver cuando nos eliminaron? Pues que no sabíamos que íbamos a salir… pero que nos vamos contentos.”

Aunque la cocina lo atrapó, Bobby tiene claro que lo suyo sigue siendo la actuación, la conducción y los proyectos en plataformas digitales. ¿Otro reality? “Vamos a ver qué pasa... por ahí ya están tocando la puerta”, dice, dejando abierta la posibilidad de cruzar el umbral de La Casa de los Famosos.

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