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Dividido en cinco actos por demás teatrales y desde un palacio como telón de fondo, Lady Gaga ofreció este sábado el primero de dos conciertos en el Estadio GNP, ante más de 60 mil 'pequeños monstruos', como llama la cantante a sus fanáticos.
Justo a las 21:16 horas, Stefani Joanne Angelina Germanotta, nombre real de la también estrella de cine, arrancó con un ritual con tonalidades góticas, un mundo denso y sangriento que fue de la obscuridad a la luz, un camino musical entre vivos y muertos.
Lady Gaga salió con un vestido rojo sangre sobre una torre de metal donde cuerpos enjaulados en agonía bailaban al ritmo de 'Bloody Mary', junto a una orquesta siempre dinámica desde los balcones de un castillo o fortaleza.
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"Te amo México", fueron una de las primeras palabras de la cantante, ante una multitud que la idolatraba al grito unísono de "¡Gaga, Gaga, Gaga, Gaga!" en canciones como 'Poker Face', que la hizo ir con toda su comitiva de bailarines a un segundo escenario mucho más cercano al público.
'Perfect Celebrity' sirvió para abrir el segundo acto, en el que la cantante se revolcó en una caja (fosa) de arena junto a un esqueleto, entre muertos, y sin perder nunca esa tonalidad barroca y dark.
Ayudada de su ballet, la cantante se colocó unas muletas de metal, caminó como si tuviera todo el peso de sus demonios o 'Judas' en la espalda, pero su voz jamás dejó de sonar poderosa a través de su micrófono de diadema en éxitos como 'Paparazzi' y 'Alejandro'.
"A todos mis pequeños monstruos: han pasado 13 años desde la última vez que estuve aquí, hemos trabajado duro en el escenario para demostrarles cuánto los admiro y respeto. Sinceramente les agradezco hayan elegido pasar esta noche conmigo en la Ciudad de México", leyó en español Lady Gaga con la bandera de México expuesta, sin detallar si esa elección a la que se refería era entre ella y Katy Perry, otra diva que se presentaba en ese mismo momento pero en la Arena Ciudad de México.
El tercer acto se tornó rockero con el baterista elevado al centro del escenario tocando con furia, para dar paso a una Lady Gaga vestida de azul y botas negras, quien también se animó a detonar las percusiones en 'Killah', ante la mirada de una pantalla circular en lo alto del escenario, que disparaba colores y efectos visuales.
El concierto avanzaba a paso veloz. Gaga tomó un piano lleno de calaveras ubicado en el escenario secundario que la dejaba rodada de fanáticos registrándola con el celular, y como parte medular del cuarto bloque interpretó 'Shallow', el famoso tema que hizo junto Bradley Cooper para la película 'A Star Is Born', un momento que dejó a muchos en lágrimas.
Por si no fuera suficiente la cercanía de la 'Mother Monster' con sus seguidores, en 'Vanish into You' bajó del escenario para saludar a algunos de mano, tomarse selfies y ondear una pequeña bandera de la comunidad LGBTI+ que uno de ellos le obsequó, una comunidad, por cierto, muy numerosa que se esmeró en sus atuendos: de lo más elegante y visto a lo más atrevido, dejando incluso ver partes de sus cuerpos semidesnudos y sin ningún tapujo. La noche lo ameritaba.
Ya como acto final, y ante los gritos de "Lady Gaga, ya eres mexicana" porque la solista había colocado antes una bandera de México en uno de los balcones de su palacio, sonó como himno 'Bad Romance', entre pirotecnia y todo el despliegue de performance que la acompañó a largo de la monstruosa e inolvidable ceremonia de pop obscuro.
