La presidenta Claudia Sheinbaum emitió un firme reclamo este lunes tras la proyección de imágenes del narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), durante un concierto del grupo Los Alegres del Barranco en el Auditorio Telmex de Guadalajara.
“No debería ocurrir eso. No es correcto", declaró en su conferencia mañanera, ordenando una investigación y urgiendo a la Universidad de Guadalajara, administradora del recinto, a vigilar a los artistas invitados.
El escándalo estalló tras viralizarse un video donde, al interpretar el corrido “El dueño del palenque", se exhibían fotos de "El Mencho" mientras la letra mencionaba: “soy el señor de los gallos, el del cártel jalisciense […] a las órdenes de Mencho”.
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El corrido en cuestión glorifica abiertamente al CJNG, con referencias a armas, células criminales y una mención directa a "El Mencho". Letras como “las navajas las cambiamos por cuernos de chivo" (fusiles AK-47) han avivado el debate sobre el papel de la música en la perpetuación de la violencia.
Por su parte, el Auditorio Telmex se deslindó, argumentando que el contenido audiovisual es responsabilidad de los músicos, pero prometió revisar contratos para evitar incidentes futuros.
Mientras, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, condenó el hecho, subrayando su gravedad en un estado marcado por hallazgos recientes como las fosas clandestinas en el Rancho Izaguirre en Teuchitlán, vinculadas al CJNG.
Los Alegres del Barranco, originarios de Badiraguato, Sinaloa —cuna de capos como Joaquín “El Chapo” Guzmán—, son conocidos por corridos que narran historias de violencia. Pese a las críticas, mantienen silencio ante la polémica.
Sheinbaum aprovechó para anunciar un “concurso nacional de música” que promueva expresiones artísticas alejadas de géneros como los “corridos tumbados”.
El debate sobre la frontera entre libertad artística y complicidad con el crimen resurge en un país con más de 110 mil desaparecidos y donde casos como el de Teuchitlán evidencian el poder de los cárteles.
Cabe destacar que, en el estado de Jalisco, el artículo 142 del Código Penal castiga con hasta seis meses de prisión la apología del delito.
La pregunta persiste: ¿quién debe frenar la normalización del narco en la cultura popular? Por ahora, solo hay un jalón de orejas presidencial y un llamado a la contención de la apología del delito.