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Alfredo ‘El Zurdo’ Ortiz es una figura de los Diablos Rojos del México, uno de los equipos más representativos de la Ciudad de México, con quienes jugó y a los que estuvo ligado durante 65 años de su trayectoria, siendo un emblema para los capitalinos y los seguidores del Rey de los Deportes, por lo que el Congreso local decidió darle un reconocimiento este miércoles.
El diputado Israel Moreno Rivera fue el impulsor de esta idea de reconocer a quien calificó como “una leyenda del deporte”, que lo hace digno de ser reconocido por los legisladores capitalinos, quienes al recibirlo en el recinto de Donceles lo ovacionaron, y algunos incluso interrumpieron sus labores para retratarse con él en plena sesión.
‘El Zurdo’ consiguió cinco títulos con los Diablos a lo largo de su carrera como lanzador, consiguió 1,824 ponches en la Liga Mexicana de Béisbol y tiene una impresionante marca de 51 blanqueadas a lo largo de toda su carrera, un logro que pocos pueden presumir. Gracias a su calidad, llegó a ser jugador de los Yankees de Nueva York.
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Al recibir los aplausos y el cariño de la gente, Ortiz agradeció el homenaje visiblemente emocionado. “Tengo 82 años y ahora quiero llegar a los 100”, expresó el veracruzano, entre lágrimas por el cariño recibido y por ser recordado por sus grandes logros en 25 años como pícher.
Pero no solo lanzaba bien, Ortiz también era buen bateador al sumar 350 hits y empujar 204 carreras, lo que se sumó para que sea miembro del Salón de la Fama del Béisbol Mexicano en Monterrey, entre otras distinciones que tiene.
“Cuando uno llega a ser alguien, le sobra todo. Hay que tener mucha fuerza de voluntad para decir: ‘¡No, hasta aquí!’. Hay que cuidarse y saber pasar desapercibido en muchas ocasiones. El béisbol es jugar diario y ponerse el uniforme todos los días; cansa”, recordó el pícher.
En tanto, el legislador Israel Moreno recordó que también fuera del diamante hizo grandes cosas por el "deporte caliente", al rememorar que como gobernante logró poner en funcionamiento el Estadio Fray Nano en Venustiano Carranza, donde trabajó junto al expelotero para convertirlo en semillero de nuevos talentos, y entregó personalmente una placa de reconocimiento a Ortiz.
