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Un video viral en las redes sociales fue suficiente para que La Rana saltara a la fama; sin embargo, no fue de la manera que él imaginaba.
“En ese video viral se ve que tuve varios errores, pero vamos a seguir preparándonos, echándole ganas para no ser conformistas y alcanzar los mejores lugares en las carteleras de la lucha libre”, dijo en su primera entrevista con El Gráfico.
Originario de Naucalpan, Estado de México, y con apenas siete luchas, la mayoría de ellas en el Coliseo Morelos, el alumno de Judas El Traidor y Avisman cuenta que lleva un año cuatro meses entrenando, aunque desde los 15 años se vio interesado por el deporte de los costalazos.
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“Es el comienzo de mi carrera y tengo muchas ganas de sobresalir en este deporte, ya que he sacrificado muchas cosas para que el día de mañana sea un luchador reconocido por el público. Dejé de entrenar por un tiempo y trabajé como guardia de seguridad en un panteón, pero decidí regresar a entrenar a la Arena Naucalpan”, aseguró este joven gladiador.
Su personaje surgió gracias a uno de sus profesores que, al ver su desempeño en los cuadriláteros, le hizo algunas recomendaciones.
“Me dijo, búsquese un personaje para niños porque tiene mucho carisma, y por mis sobrinos pensé en ser una rana; afortunadamente no había luchadores con ese nombre y me decidí a luchar con ese nombre”.
Con apenas 24 años, este joven y simpático gladiador debutó el 2 de mayo en la fiesta del Día del Niño organizada por una escuela primaria, después solicitó la oportunidad al promotor del Coliseo Morelos para poder luchar en sus eventos, donde pese a los errores que tuvo en su segunda presentación, sus amigos, seres queridos y los pequeños aficionados lo motivaron a seguir adelante.
“Cuando bajé del ring, la verdad me sentí muy molesto porque uno que se prepara constantemente, sabe cómo es el parado de un luchador y lo que hice no estuvo bien, y sabía que si subían el video viral de lo que pasó se haría viral, y así fue. Al siguiente día veo las imágenes en Facebook con más de 600 comentarios, la mayoría no fueron buenos”.
Luego de sufrir las burlas de la gente, La Rana recomienda que: “los malos comentarios deben agarrarlos como motivación para llegar al lugar en donde quieren estar, y callar las bocas de aquellos que les tiran mala onda”, concluyó.
