Una jueza que manipuló , una gimnasta que obtuvo una clasificación olímpica que no merecía, una federación que miró para otro lado... y una sanción que no repara ningún daño.

Estos son los ingredientes de un caso que pone en duda la limpieza del de puntuación en la gimnasia rítmica y que se cierra de momento con una inhabilitación de cuatro años para la jueza chipriota Evangelia Trikomiti y una multa de 8 mil euros para la Federación Europea de Gimnasia (UEG), aunque la decisión es recurrible.

Según la Fundación para la Ética de la Gimnasia (GEF), organismo creado por la Federación Internacional (FIG) pero que opera de manera independiente, Trikomiti “manipuló la competición al interferir en las puntuaciones para garantizarse que ‘su’ deportista, de Chipre, obtuviera una plaza olímpica”.

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Los hechos ocurrieron en los Campeonatos de Europa de 2024, en Budapest, donde se ponía en juego la última plaza para París 2024. Optaban a ella tres gimnastas: la polaca Liliana Lewinska, la griega Panagiota Lytra y la chipriota Vera Tugolukova.

Sin la intervención de Trikomiti, la plaza olímpica habría sido para Liliana Lewinska. Triste consuelo para la polaca, subcampeona europea de mazas que podía haber vivido su debut olímpico con solo 15 años.

Mientras, la chipriota Tugolukova fue decimosexta en la ronda de clasificación de París 2024 y no pasó a la final.

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