“No me daba dinero suficiente para los gastos, pero tampoco me dejaba trabajar”, afirma Laura, de 36 años, habitante de la GAM, quien reconoce que sufría violencia económica por parte de su pareja sentimental.
Laura, quien pidió anonimato, advierte que su pareja “nunca llegó a los golpes”, pero sí había otro tipo de maltratos , “creo que era sobre todo maltrato sicológico, muchas amenazas, decirme que no era suficiente, que nunca iba a salir adelante sin él y el tema del dinero”.
Entre octubre de 2024 y octubre de este año, un total de 556 mujeres se acercaron a las autoridades en busca de atención por violencia económica, una modalidad que se traduce en “mecanismos de control” sobre la mujer, explica la secretaria de las Mujeres de la Ciudad de México, Daptnhe Cuevas Ortiz.
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“La violencia económica es básicamente una de las modalidades de violencia, pero se traduce en mecanismos de control, por ejemplo, cuando una mujer incluso ganando sus propios recursos tiene a una pareja que decide en qué debe gastar el dinero, en qué no debe gastar, que piensa que puede decidir por ella las definiciones de estos recursos”, detalla.
¿Cómo identificar la violencia económica antes de que llegue a la violencia física?
Otro ejemplo de violencia económica, dice, es la brecha salarial, en la que las mujeres ganan menos, a pesar de efectuar el mismo trabajo que los varones.
En entrevista, la secretaria advierte que la falta de autonomía económica no sólo genera dependencia en las mujeres, sino que perpetúa los círculos de violencia.
Cuevas Ortiz externa que muchas de las mujeres que se acercan por ayuda llegan cuando hay violencia física, porque es entonces cuando logran identificarla; sin embargo, alerta que al hablar con ellas o cuando acuden a terapia detectan que la violencia inició “mucho antes de la primera bofetada”. Una de las maneras más claras es justamente la económica.
Ante esta situación, la administración capitalina puso en marcha un programa de autonomía económica para mujeres en el que se ofrecen préstamos a manera de inversión de capital, para que las beneficiarias puedan emprender y hacer sus propios negocios; además se les brinda capacitación financiera y capacitación en derechos de las mujeres.








