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Aprovechando la popularidad que la Coca Cola tiene entre los mexicanos, un grupo de “emprendedores” decidió montar su propia fábrica de refrescos en Puebla.
Autoridades poblanas descubrieron estas instalaciones prohibidas en la colonia Morelos a donde arribaron a bordo de patrullas, camionetas blindadas y agentes especializados.
En la vieja bodega donde instalaron la embotelladora apócrifa, se encontraron decenas de garrafas con líquidos de color oscuro para imitar las características de la bebida.
¿Qué encontraron las autoridades dentro de la fábrica pirata?
También hallaron etiquetas falsas, maquinaria improvisada para embotellar y empacar la bebida refrescante.
Este chesco pirata era distribuido en tianguis, puestos callejeros, tiendas y en otros giros, mezclado con bebidas originales.
Lo atractivo era que este producto tenía un precio más barato al normal por lo que su venta era fácil para los fabricantes.
La bodega donde se preparaban las coquitas pirata fue acordonada por la policía. Fue a través de los videos del operativo ya circulan en redes sociales, que la gente se dio cuenta que probablemente lo que toma no es un producto original.
Por desgracia este tipo de “emprendimiento” criminal no es nuevo ya que en el oriente del Valle de México ya se realizaba.
En mayo de 2023, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México realizó un cateo a una vivienda ubicada en la colonia Santa Martha Acatitla, alcaldía Iztapalapa.
Ahí hallaron cientos de cajas de refrescos de cola en diferentes presentaciones, cajas y corcholatas.
Meses después, pero en Los Reyes La Paz, elementos de la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano y de la Fiscalía Regional de Justicia de Nezahualcóyotl, detuvieron a 15 personas que presuntamente se dedicaban a fabricar y vender de manera ilícita refrescos piratas de Coca Cola.
Ellos estaban relacionados con la red de distribución pirata descubierta en Iztapalapa.








