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Cada año, al llegar el 1 y 2 de noviembre, miles de niños salen a las calles de México a pedir calaverita. Con canastas, disfraces y una sonrisa, recorren casas y negocios para recibir dulces o dinero.
Aunque muchos creen que esta costumbre proviene del Halloween, la verdad es que tiene un origen cien por ciento mexicano y un significado mucho más profundo.
¿Cuál es el origen de pedir calaverita en México?
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La tradición de pedir calaverita nació en el México colonial, cuando los niños de escasos recursos salían a las calles durante los días de Todos Santos y Fieles Difuntos para pedir comida, pan o frutas.
Lo hacían en nombre de las almas del purgatorio o de los “angelitos”, es decir, los niños fallecidos.
Con una calaverita de azúcar o barro en mano, pedían una ofrenda que simbolizaba solidaridad y recuerdo hacia los muertos.
A diferencia del Halloween, donde el objetivo es la diversión y el disfraz, en México la calaverita representaba una forma de compartir y mantener viva la memoria de los difuntos.

¿Cómo se transformó esta tradición?
Con el paso del tiempo, la costumbre evolucionó.
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En el siglo XX, comenzaron a mezclarse elementos del Halloween debido a la influencia estadounidense, pero los mexicanos conservaron su toque cultural y simbólico.
Así, los niños siguieron pidiendo calaverita, pero en lugar de comida ahora recibían dulces, monedas o juguetes, sin perder el sentido original de recordar a los que ya no están.
En muchas regiones, especialmente en estados como Hidalgo, Veracruz, Puebla y Oaxaca, los pequeños salen cantando versos tradicionales que acompañan su petición. En algunos pueblos todavía reciben pan de muerto o fruta, manteniendo vivo el espíritu comunitario.
¿Qué significa pedir calaverita?
Hoy en día, pedir calaverita es una manera de celebrar la vida y honrar la muerte desde la alegría.

Los niños representan a las almas que regresan al mundo terrenal, y cada dulce o moneda que reciben simboliza una ofrenda compartida entre vivos y muertos.
Más que una imitación del Halloween, la calaverita es una tradición que enraíza la identidad mexicana: mezcla el respeto por los difuntos con la alegría de los vivos, la herencia prehispánica con la modernidad y el espíritu comunitario con la infancia.
En el Día de Muertos, pedir calaverita no solo es una costumbre, sino una forma de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos y transmitir a las nuevas generaciones el valor de compartir, recordar y celebrar.










