A sólo unas horas antes de que la Cámara de Diputados apruebe la propuesta económica del Gobierno Federal para 2026, la industria refresquera y la Secretaría de Salud llegaron a un acuerdo “por las buenas” que, dijeron, comprueba que el impuesto especial a los refrescos no pretende ser recaudatorio, sino una estrategia para reducir los efectos nocivos de las bebidas azucaradas en la salud de los mexicanos.

El acuerdo, anunciado este mediodía en una conferencia de prensa realizada en el recinto legislativo de San Lázaro, fue presidida por el diputado Ricardo Monreal, el secretario de Salud, David Kersenovich, y Andrés Massieu, representante de la Asociación Mexicana de Bebidas, entre otros miembros del sector salud y la industria mexicana.

En dicha reunión con la prensa, el Subsecretario de Salud, Eduardo Clark, explicó que el acuerdo busca reducir el consumo de refrescos en México, donde actualmente cada persona ingiere en promedio 166 litros anuales. La iniciativa contempla también fomentar el tránsito hacia bebidas sin calorías, light o zero, así como retrasar la edad en que los niños comienzan a consumir refrescos.

¿Qué implica el nuevo impuesto a los refrescos?

El nuevo esquema fiscal establece un impuesto de 3.08 pesos por litro para refrescos calóricos y de 1.5 pesos por litro para bebidas no calóricas. Estos gravámenes representan un aumento respecto a la estructura anterior.

Las enfermedades cardiometabólicas constituyen una de las prioridades en materia de salud pública para el Gobierno de México. De acuerdo con los datos presentados por la Secretaría de Salud, más de 110,000 millones de pesos del presupuesto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aproximadamente el 20 por ciento del total, se destinan a atender únicamente tres padecimientos: hipertensión, diabetes y falla renal.

Clark estableció que la meta del acuerdo consiste en detener el incremento de la carga de enfermedades cardiometabólicas en 2030, ya que, desde 1982, los índices de estas enfermedades han mostrado un comportamiento al alza cada año.

Por su parte, Andrés Massieu Fernández, representante de la Asociación Mexicana de Bebidas, confirmó que las empresas refresqueras comparten la preocupación sobre los índices de sobrepeso en México e indicó las líneas de acción que implementarán.

Las empresas se comprometieron a reducir el 30% del contenido calórico de sus productos, iniciando con presentaciones de mayor volumen. El sector de bebidas busca que el 70% de su portafolio esté reducido en calorías para el cierre de 2027.

La industria también colaborará con los canales de comercialización para que los productos con menor contenido calórico cuenten con precios más bajos que las versiones regulares, lo que incentivaría su consumo.

Respecto a la publicidad, las empresas refresqueras se comprometieron a fortalecer su autorregulación en materia de protección a la niñez. Entre las medidas contempladas se incluye la eliminación de la presencia de menores de 16 años en toda la publicidad de la industria, la priorización de publicidad para versiones light o zero, el énfasis en el consumo familiar y la eliminación de publicidad para las presentaciones de tres litros.

En su oportunidad al micrófono, el representante de Coca Cola incluso habló de promover los productos bajos en calorías en los comerciales y en la mercadotecnia orientada a la Copa Mundial de Futbol.

Una vez alcanzado este acuerdo, el diputado Ricardo Monreal señaló que tendrá impacto en la nueva ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y en la miscelánea fiscal de 2026, por lo que se presume su inminente aplicación para el próximo año.

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