De nada han servido los coches, camiones o motos eléctricas para reducir los efectos de la contaminación en el mundo.

La (OMM) reportó que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron un máximo histórico en 2024.

Se trata del incremento más grande desde que comenzaron las mediciones modernas en 1957.

El organismo advirtió que este fenómeno amenaza con crear un ciclo climático peligroso que ya tiene efectos tangibles en las grandes ciudades.

La concentración promedio global de CO2 experimentó un salto de 3.5 partes por millón entre 2023 y 2024, lo que representa un crecimiento sin precedentes.

Este aumento se debe a tres factores principales: las emisiones continuas de CO2 por actividades humanas, un incremento en las emisiones por incendios forestales y una reducción en la capacidad de absorción de los llamados “sumideros” de carbono, como los ecosistemas terrestres y los océanos.

La tasa de crecimiento del dióxido de carbono se triplicó desde la década de 1960. Mientras que en aquel entonces el aumento promedio anual era de 0.8 ppm, en la década de 2011 a 2020 esta cifra se aceleró hasta 2.4 ppm por año. En 2024, la concentración promedio llegó a 423.9 ppm, una cifra que contrasta dramáticamente con las 377.1 ppm registradas en 2004, cuando la OMM publicó su primer boletín sobre gases de efecto invernadero.

Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM, explicó en un comunicado liberado este miércoles 15 de octubre, que el calor atrapado por el CO2 y otros gases de efecto invernadero acelera el cambio climático y provoca eventos meteorológicos más extremos. Barrett enfatizó que reducir las emisiones no solo es esencial para el clima, sino también para la seguridad económica y el bienestar de las comunidades.

Para ciudades como la de México, esta reducción en la capacidad de absorción de CO2 tiene implicaciones cotidianas. El aumento de temperaturas exacerba los episodios de contingencia ambiental, lo que obliga a las autoridades a implementar restricciones vehiculares con mayor frecuencia y afecta la salud respiratoria de los habitantes, especialmente de niños y adultos mayores.

Las olas de calor más intensas y prolongadas elevan el consumo de electricidad para enfriamiento, lo que presiona tanto el bolsillo de las familias como de la red eléctrica.

El boletín también reveló que el metano y el óxido nitroso, segundo y tercer gases de efecto invernadero más importantes relacionados con actividades humanas, alcanzaron niveles récord.

Los científicos de la OMM explicaron que cada año cerca de la mitad del CO2 emitido permanece en la atmósfera, mientras que el resto lo absorben los ecosistemas terrestres y los océanos.

Sin embargo, este almacenamiento no es permanente.

A medida que la temperatura global aumenta, los océanos absorben menos CO2 debido a que su solubilidad disminuye con temperaturas más altas, mientras que los sumideros terrestres se ven afectados de diversas formas, incluida la posibilidad de sequías más persistentes.

La razón probable del crecimiento récord entre 2023 y 2024 fue una gran contribución de emisiones por incendios forestales y una reducción en la absorción de CO2 por parte de la tierra y el océano durante 2024, el año más cálido registrado, marcado por un fuerte fenómeno de El Niño.

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