Las lluvias registradas en México desde junio y hasta lo que va de octubre convirtieron al 2025 en el año con más periodos de precipitaciones intensas desde 1941.
Según registros históricos de Conagua, interpretados por la UNAM, el promedio mensual de caída de agua en 1941 fue de 99.8 milímetros, y ese fue el registro más alto, pero en lo que va de este año, el promedio es de 155.5 mm de caída de lluvia durante los meses con más precipitaciones.
En el 2024, se reportó una contabilidad de 61.30 mm por mes en promedio, de acuerdo con la UNAM. Además, entre junio y septiembre de 2025 se han registrado los dos meses con más precipitaciones en promedio mensual de los últimos seis años, es decir, desde 2020 al presente.
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¿Por qué 2025 es el año con más lluvias en México desde 1941?
Los meses de junio y septiembre registraron la caída de 155.5 milímetros de agua y en septiembre ascendió a 158.1 mm, lo que los convierte en los meses más intensos de los últimos seis años.
El julio más intenso se dio en 2024 con 153.8 milímetros, y el agosto más fuerte ocurrió en 2022, con 171.5 milímetros.
Gracias a las lluvias de la temporada anual de tormentas y ciclones, al corte del 7 de octubre, las 210 principales presas del país almacenaban 85 millones 834 mil metros cúbicos de agua, lo que redujo el déficit nacional de agua a sólo 3%.
En detalle, el Sistema Cutzamala, que abastece al Área Metropolitana de la CDMX, reportó en 2025 una recuperación sin precedente, pues entre julio y octubre su nivel de almacenamiento pasó de 61% a más de 93%, un incremento superior a 200 millones de metros cúbicos en apenas tres meses, impulsado por las fuertes lluvias.
Víctor Torres, investigador del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó que el aumento excepcional de lluvias obedece a una combinación poco frecuente de fenómenos climáticos: la fase negativa de la Oscilación Interdecadal del Pacífico (PDO) y la fase positiva de la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO), ambas influyen en los periodos de lluvias y sequías, pero a escalas de varios años o décadas, por lo que esta combinación intensificó la formación de tormentas.