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La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) calificó la violencia registrada en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur de la UNAM como una "herida social" que confirma la ausencia de políticas de prevención y atención en salud mental para adolescentes en México.
A través de un comunicado oficial, la organización expresó su solidaridad con las familias de las víctimas, la comunidad educativa del CCH Sur y la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Sin embargo, en un tono pesimista advirtió que este episodio no es un hecho aislado.
"Lo sucedido en el CCH Sur no puede entenderse únicamente como la historia de un victimario y una víctima. Nos recuerda que detrás de cada expresión de violencia hay carencias estructurales, como la ausencia de servicios de salud mental accesibles y oportunos", afirmó Tania Ramírez, directora ejecutiva de REDIM.
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Ramírez subrayó que las escuelas secundarias y preparatorias mexicanas carecen de psicólogos y especialistas suficientes para atender a los miles de adolescentes que enfrentan ansiedad, depresión, exclusión y violencia cotidiana. Esta situación se agrava por los efectos del aislamiento derivado de la pandemia, la normalización de discursos de odio en redes sociales y un contexto cotidiano de violencia y confrontación.
"Cuando un adolescente llega a sentirse escoria o sin futuro, estamos frente a un fracaso colectivo. No basta con revisar mochilas o criminalizar: necesitamos políticas públicas de acompañamiento y prevención con perspectiva de derechos humanos, género, transformación de conflictos y paz desde lo cotidiano", señaló Ramírez.
La organización considera fundamental escuchar las voces de las infancias y adolescencias como parte de cualquier estrategia preventiva.
POLÍTICAS INTEGRALES
REDIM hizo un llamado al Estado mexicano, las autoridades educativas y la sociedad para desarrollar estrategias que aborden las causas estructurales de la violencia juvenil. La organización enfatizó que el dolor de la comunidad universitaria refleja una problemática nacional que afecta a adolescentes en todo el país.
"No se trata solo de castigar. Se trata de prevenir para que nunca más un adolescente sienta tal abandono y soledad que decide atentar contra la vida de alguien más y contra la propia", concluyó la directora ejecutiva.
