Si bien el es uno de los más exóticos de la capital, en él no solo hay carnes raras, sino también una gran cantidad de personas de origen chino que poco a poco han dado su toque oriental a los pasillos.

Entre carnes de jabalí, venado, lechón, avestruz, pato; escorpiones, chapulines y otros tantos productos que por décadas han llenado de excentricidad al inmueble, resaltan cartulinas que ya no sólo anuncian precios de los productos a clientes mexicanos.

En el proceso de que permea en el mercado ubicado en el número 21, de la 2da. calle de Ernesto Pugibet de la colonia Centro, decenas de carteles escritos en chino muestran los precios y nombres de las carnes a clientes extranjeros.

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Tal es la presencia de la comunidad china que, incluso, locatarios del Mercado de San Juan han ido aprendiendo el idioma, adaptándose a las necesidades de su clientela de esa nacionalidad, que también les ayuda a traducir las partes del cuerpo de la res, el cerdo y el pescado, comentó el señor Leonardo Roldán, carnicero ahí desde hace 50 años.

En ventas, mexicanos y chinos se ‘fueron dando un tiro’, en las fiestas patrias, dice Leonardo, “los mexicanos compraron máscara, oreja, trompa y todo lo del cerdo, y los amigos chinos que el chambarete, el espinazo, la costilla, el filete”.

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