El 13 de julio de 2024 se desplegó un fuerte operativo encabezado por la Secretaría de Marina (Semar) y efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que contó con el acompañamiento de policías de la Ciudad de México y la Policía de Investigación (PDI) de la fiscalía capitalina, en un domicilio de la alcaldía Iztapalapa.
En ese trabajo, se decomisaron cuatro armas de fuego cortas y una larga del calibre R-15 de uso exclusivo del Ejército Mexicano. Todas listas para su traslado y venta.
En el operativo fue detenido Joaquín ‘N’, alias ‘El Chispa’, quien según la investigación asentada en la carpeta 8765/06/2024, la célula con la que él trabajaba ofrecía pistolas tipo escuadras calibre 9 milímetros, revólveres .380, calibres .22 e incluso, las que son “tipo pluma”, en Facebook Market, por WhatsApp —donde incluso mostraban un catálogo— y también en el predio cateado que está ubicado sobre la calle José María Olmos en las inmediaciones de la colonia Ejército de Oriente, en Iztapalapa.
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Las armas de fuego se venden en la Ciudad de México, a decir de esta investigación, y además de la célula ya desmantelada, se sabe que existen por lo menos cuatro grupos más en el mercado negro de las armas de fuego. Los sectores donde se sabe que se consiguen es en la Gabriel Hernández de la alcaldía Gustavo A. Madero, en el punto conocido como “El Hoyo” en Iztapalapa, y en el Barrio Bravo de Tepito, en la Cuauhtémoc; durante el año pasado, la SSC detuvo a un total de 87 personas, todas relacionadas con la venta ilegal de armas de fuego.
El problema radica en la falta de control y de sanciones de quienes comercian las armas, aunado a esto, los castigos son mínimos por la portación o por comercializar armas de fuego; en caso de que se sorprenda a alguien vendiéndolas, la pena máxima es de dos años o en su defecto, pagar una multa que va de 5 mil 650 pesos a 22 mil 600 pesos.
“El problema principal es la cantidad de armas sin control que llegan de Estados Unidos, se distribuyen en todos lados, en la Ciudad de México y la sanción por la venta de armas es risible”, expuso Ángel Zamudio, criminólogo por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).