Vidrios rotos, paredes grafiteadas, refugio de personas en situación de calle, centro de narcomenudeo y vandalismo: es parte de lo que se acumuló en los últimos 13 años en las instalaciones abandonadas del extinto Hospital Dr. Gonzalo Castañeda Escobar, en el corazón de Tlatelolco. El sitio dejó de operar en 2012 y el inmueble quedó en el abandono total. Hoy, con el inicio de su demolición y reconstrucción, por parte del Gobierno de la , vecinos ven una oportunidad para disminuir la inseguridad en la zona.

"Veo que es beneficio para los derechohabientes del ISSSTE. Ya tiene muchos años que no tiene utilidad. Es conveniente que se derribe y se vuelva a construir para que vuelva a dar el servicio que estuvo dando durante muchos años. Indigentes se meten ahí, personas que no tienen un hogar lo han habitado ahí y eso ha desatado mucha delincuencia", comentó Karina Rodríguez, habitante de

Para ella representa un sitio nostálgico debido a que hace 33 años ahí nació su primera hija. Hoy el inmueble no es ni la mitad de lo que fue en aquellos años dorados, bajo el gobierno priísta de Manuel Camacho Solís.

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En la memoria de los vecinos está uno de los acontecimientos más crudos ocurridos en ese predio ubicado en el número 198 de la Avenida Manuel González. Fue en 2018, cuando en medio de labores para rescatar a un indigente, quien cayó en el cubo de un elevador, autoridades hallaron un cadáver en estado de descomposición. "¿Cómo era posible que, en esa zona céntrica, colindante con escuelas y unidades habitaciones hubiera un cuerpo pudriéndose"?, llegaron a preguntarse los habitantes, según lo que recuerda Karina.

Para Fernando, otro vecino, la percepción de este inmueble también es de un lugar inseguro. Aunque él llegó hace cuatro años a vivir a la Unidad Nonoalco, este tiempo ha bastado para percatarse de lo ocurre en ese predio. Señala que sobre la calle de Lerdo predomina el robo de autopartes; los delincuentes se refugian en las instalaciones abandonadas del extinto hospital y salen en la noche, aprovechando la falta de luminarias en el área.

"Es un punto del tejido que ya lleva descuidado mucho tiempo. Si ayudaría y si se vuelve un hospital, pues se vuelve un punto funcional, porque está bien ubicado, pero sí representa bastante deterioro", señaló en entrevista con

A lo largo de estas décadas vecinos han visto de todo en el inmueble: desde rituales satánicos, venta de droga y recorridos para encontrar fantasmas.

Una de las últimas denuncias hecha por el grupo "Vecinos Unidos por Tlatelolco" fue la invasión de un grupo de venezolanos, quienes se quedaron a vivir en un pedazo de las instalaciones y a quienes acusaron de reaccionar agresivamente contra quienes los encaraban.

Este 14 de agosto Martí Batres, Director General del ISSSTE, dio el banderazo de salida para la demolición del inmueble y la posterior reconstrucción por parte del Gobierno Federal, de una unidad médica que beneficiará a alrededor de 100 mil personas y para lo cual se hará una inversión de 40 millones de pesos.

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