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A partir de esta semana, tres nuevos binomios caninos se integran a la Unidad Canina de la Policía Bancaria e Industrial (PBI). Su misión será detectar drogas, explosivos y personas atrapadas en estructuras colapsadas.
“Balto” es un pastor belga malinois ágil, enérgico y con un olfato finísimo que lo convierte en un experto en detección de narcóticos.
Su labor será clave en eventos masivos, dispositivos de pasajeros seguros y operativos en espacios públicos, donde prevendrá delitos como el narcomenudeo y evitar el ingreso de sustancias prohibidas.
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“’Balto’ va a inspeccionar zonas de alto flujo, sobre todo en accesos a conciertos, estaciones de transporte y otras zonas estratégicas. Su entrenamiento está enfocado en identificar sustancias ilegales de forma precisa y rápida, siempre con el juego como base”, comentó uno de los entrenadores de la unidad de la de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, quien ha trabajado con perros desde hace más de 14 años.
“Cali”, pastor belga malinois, será especialista en detección de artefactos explosivos. Antes de que la gente se reúna, el can inspeccionará los sitios y descartará cualquier amenaza que pudiera poner en peligro la integridad de los asistentes.
“’Cali’ será entrenado para actuar en escenarios donde cada segundo cuenta, y lo hará con profesionalismo, pero también con alegría, porque todo desde el inicio hasta la detección se logra jugando”, dijo el entrenador.
“’Sori’, labrador retriever, raza conocida por su nobleza y sensibilidad, será especialista en búsqueda de personas en estructuras colapsadas.
“Con ‘Sori’ tenemos una misión humana. Estará lista para actuar en caso de desastres naturales, como sismos o deslaves, tal como lo hicieron sus antecesores en emergencias como el derrumbe del Cerro del Chiquihuite o durante el apoyo tras el huracán ‘Otis’ en Guerrero”, contó otro elemento de la unidad.
“Sori” también participará en operativos preventivos y colaborará en inspecciones para detectar armas o explosivos.
El trabajo de formación de estos binomios no es sencillo, pero sí gratificante. “Entrenar un perro es difícil, pero siempre nos deja algo. Cada uno es diferente. Y todo, absolutamente todo, se hace jugando”, dijo otro agente de la unidad canina.