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Una masa de sargazo estimada entre 37.5 y 40 millones de toneladas métricas se desplaza por el Atlántico tropical hacia el Caribe. Este volumen es el doble del actual récord registrado en 2018.
Brigitta I. van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, con sede en Puerto Morelos, Quintana Roo, indicó que aproximadamente 10% de esa biomasa, cerca de 400 mil toneladas, podría alcanzar la costa del Caribe en su totalidad durante 2025. De esa cantidad, se estima que el Caribe mexicano recibiría 100 mil toneladas.
¿Cómo impactará el sargazo la biodiversidad marina del Caribe mexicano?
En una entrevista para la Gaceta UNAM, Van Tussenbroek calificó la situación como un "desastre total" para los ecosistemas costeros del Caribe mexicano, atribuyendo el deterioro actual a un efecto acumulativo de las afluencias masivas recurrentes desde 2015.
Explicó que el exceso de materia orgánica aportada por el sargazo altera los sistemas que se desarrollaban en aguas transparentes. Arrecifes, corales, pastos marinos y manglares se encuentran en riesgo.
"Las aguas ya no son azules, sino como más verdosas", señaló la bióloga. Aunque aclaró que el sargazo no causó directamente la muerte masiva de corales, sí fue un factor de debilitamiento, agravado por enfermedades, cambio en la calidad del agua, exceso de nutrientes y aumento de temperatura. Las praderas de pastos marinos también han perdido propiedades para proteger y estabilizar las costas.
Respecto a la evolución en 2025, Van Tussenbroek reconoció la dificultad para predicciones exactas, pero advirtió: "Si no ocurre un huracán u otro fenómeno mayor, la situación todavía va a empeorar. Julio será un mes crítico, probablemente también agosto".
La investigadora recordó que el sargazo cumple una función ecológica vital en altamar, sustentando un ecosistema diverso. Sin embargo, su introducción masiva en el área tropical en años recientes representa un problema. Además del impacto ambiental, el fenómeno afecta al turismo y puede generar gases como amoniaco, metano y ácido sulfúrico durante su descomposición, con posibles efectos para la salud humana.