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El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han designado a México como uno de los primeros “Emblemas Mundiales de Restauración” de 2025.
Este reconocimiento destaca los esfuerzos del país en la recuperación de ecosistemas marinos, en el marco de la 3ª Conferencia de la ONU sobre los Océanos, celebrada en Niza, Francia.
La iniciativa mexicana fue reconocida junto a otra en África Oriental y una más en España.
La labor de México se concentra en 60 de sus islas del Pacífico de Baja California, Golfo de California, Pacífico tropical, Golfo de México y Mar Caribe, reconocidas por la ONU por albergar una parte de las especies de aves marinas del mundo.
Durante 26 años, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y la organización civil Grupo de Ecología y Conservación de Islas (GECI), en colaboración con varias entidades y comunidades locales, han implementado un programa de restauración.
Este programa ha incluido la eliminación de 60 poblaciones de especies invasoras y la recuperación de colonias de aves marinas, junto con la restauración de paisajes forestales y la aplicación de protocolos de bioseguridad.
Como resultado, 85 por ciento de las colonias de aves marinas previamente afectadas han regresado a las islas. La iniciativa proyecta completar la restauración de más de 100,000 hectáreas para el final de la década, lo que equivale a casi un millón de hectáreas de tierra continental en valor de biodiversidad, protegiendo a más de 300 especies endémicas de mamíferos, aves y reptiles.
La participación de las comunidades locales se ha mantenido, lo que ha contribuido a la resiliencia ante eventos climáticos, la sostenibilidad de la pesca y el desarrollo del ecoturismo.
El mexicano y los otros dos “Emblemas Mundiales de Restauración” forman parte del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas, una iniciativa liderada por el PNUMA y la FAO.
El programa busca prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas a nivel global, con el compromiso de restaurar mil millones de hectáreas para 2030. Los reconocimientos de este año demuestran la viabilidad de la recuperación ambiental a gran escala y el impacto positivo en la biodiversidad y las comunidades.