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Atrás quedaron los días en que regalarle a mamá un electrodoméstico era bien visto. Hoy, en la CDMX y sus alrededores, las madres modernas quieren más que cosas: quieren momentos.
Nos dimos a la tarea de preguntarles a varias: ¿qué es lo que desean recibir en su día? La respuesta fue clara: experiencias. Vivencias que las hagan sentir consentidas, revitalizadas y celebradas.
“Lo que más quiero es un masaje, un día para mí. Creo que si el Día del Trabajo no se trabaja y el del maestro no hay clases... pues el Día de las Madres debería ser sin hijos”, nos dijo Mariana, contadora y mamá de dos adolescentes.
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Encabezando la lista están las experiencias de belleza: tratamientos de spa que incluyan masajes relajantes, mascarillas faciales y corporales, terapias antiedad, desintoxicantes y reafirmantes.
Para estas opciones, los certificados o cupones de regalo son perfectos: permiten que cada mamá elija lo que más le acomoda, sin salirse del presupuesto familiar.
Otra tendencia fuerte: viajar. Este año, el 10 de mayo cae en sábado, y muchas madres sueñan con escaparse —aunque sea por un día— al menos a un pueblito mágico cercano. Un respiro fuera de la rutina, acompañado de buena compañía y paisajes diferentes, es un obsequio muy valorado.
Y para las más intrépidas, las experiencias de aventura también están en la lista de deseos. Desde paseos en globo hasta lanzarse en paracaídas.
Pero si hay algo que nunca falla, es el buen comer. La gastronomía sigue siendo una reina: llevar a mamá a desayunar, comer o cenar en su restaurante favorito (o en ese nuevo lugar de moda del que tanto ha oído hablar) es un acierto.
“Mi regalo favorito es que me lleven a comer algo rico, sin tener que cocinar ni lavar trastes”, confesó entre risas Rosaura, mamá primeriza.
Y si la experiencia no es posible, los objetos aún tienen su lugar. Las bolsas encabezan el top de favoritos, seguidas de zapatos, maquillaje, perfumes, joyería y tratamientos faciales. La tecnología aparece en un segundo plano: muchas solo la priorizan si su celular, tablet o laptop de verdad ya está en las últimas.
Regalar una experiencia puede sonar costoso al principio, pero mamá lo vale.
