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El día de hoy te platicare de Higinio Sobera de la Flor, un hombre de la década de los 50s en el entonces Distrito Federal, con gusto por la vida nocturna, los bares y mujeres, también conocido como “El Pelón” Sobera” por raparse la cabeza, pues aseguraba sufrir de dolores en el “coco” si se dejaba crecer el cabello.
Sobera a comparación de otros criminales era diferente y te preguntarás ¿por qué? Bueno, Higinio provenía de una familia adinerada; contaba con una madre cariñosa, a diferencia de otros criminales, quienes su pasado estaba llenó de carencias, maltrato y falta de amor.

Aunque la historia de Higinio Sobera de la Flor, es un claro ejemplo que el amor en exceso y la sobreprotección también pueden ser factores claves en la creación de un hombre peligroso, una persona sin límites; un hijo sin valores, que ataca a personas inocentes.
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¿Cuáles fueron los crímenes de Higinio Sobera de la Flor?
En marzo de 1952 la vida de Higinio Sobera daría un giro de 180 grados, pues le quitaría la vida a un hombre en calles del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, tras un percance vial en el cual la víctima de “el Pelón” fue Armando Lepe, un militar que se molestó con nuestro protagonista por una mala maniobra vehicular, por lo cual procedió a insultarlo, suceso que molestó a nuestro ángel caído y no pasaría por alto.
Sobre la Avenida Insurgentes, esquina con la calle de Yucatán, Sobera aprovecharía un semáforo con la luz roja para alcanzar al elemento del ejército, tomarse el tiempo de descender del auto y disparar contra Armando Lepe.
Higinio Sobera huyó con rumbo al Bosque de Chapultepec tras haber cometido su crimen, posteriormente “El Pelón” se dirigiría a su casa, para refugiarse, en donde le platicaría a su madre lo ocurrido, mientras la muerte de Lepe ya era noticia.
Y en este punto te preguntarás ¿Qué fue lo que hizo su madre? ¿Actuó responsablemente? ¿Pidió a Higinio que se entregará o lo entregó? Pues fue todo lo contrario, la progenitora de “El Pelón” decidió ocultar a su hijo en la casa, aunque las autoridades ya seguían el rastro de nuestro ángel caído.
Tiempo después la madre de Higinio, revelaría que durante el tiempo que su hijo se mantuvo oculto en la casa, éste pasaba del llanto a las carcajadas. Para la madre este hecho no era nuevo pues con anterioridad Sobera había sido diagnosticado con esquizofrenia.

Las investigaciones avanzaban y la familia Sobera de la Flor no estaba dispuesta a que la sangre de su sangre fuera atrapado por las autoridades, así que lo ocultaron en el Hotel Montejo, sobre Paseo de la Reforma y escondieron el arma de fuego con la cual había cometido su fechoría.
Los intentos por ocultar a Higinio Sobera de la Flor de las autoridades policiacas fueron en vano, pues tal vez el aburrimiento detonó que el calvo hombre saliera una noche de su cuarto, en busca de conquistar una hermosa mujer para romper la soledad de su habitación, situación que no salió como lo planeaba.
La desafortunada mujer que se cruzó por el camino de nuestro ángel caído fue Hortensia Gómez, pues la dama deslumbró la mirada de Higinio a tal grado que “El Pelón” no dudo en tirarle algunos piropos, presumirle su fortuna e invitarla a salir, este hecho incomodo a la mujer quien prefirió pedir un taxi para alejarse del criminal.
Aunque Hortensia creyó que al haber pedido un taxi se libraría de “El Pelón” las cosas no resultaron así, pues Sobera abordo el taxi también, y aunque la mujer solicitó la ayuda del chofer cuando Higinio se sobrepasó con ella, este no movió ni un solo dedo, pues creyó que se trataba de un conflicto marital.
La mujer se resistió continuamente ante los acosos de Higinio, ante esto, el calvo hombre no soporto la rabia, sacando una pistola de entre sus prendas, para acabar con la vida de la dama. La situación alarmó al taxista, pero de inmediato fue amenazado por Sobera de la Flor, por lo cual el chofer prefirió seguir las instrucciones del asesino, siendo despojado del auto por Sobera, quien llevó el cuerpo de su víctima el Hotel Montejo.
En el Hotel Montejo Higinio Sobera de la Flor, cometería un acto atroz, pues abusaría del cuerpo sin vida de Hortensia Gómez, para después huir del lugar, aunque para su desgracia y para fortuna de la justicia, dejo un gran rastro tras él.
¿Cómo se logró la captura de Higinio Sobera de la Flor?
Tras acabar con la vida de Armando Lepe y Hortencia Gómez, Higinio Sobera no cuido sus huellas, dejó evidencia en ambos crímenes, e incluso su apariencia calva y la declaración del taxista, fueron factores, los cuales facilitaron el trabajo a la policía para dar con “El Pelón”.
Sobera de la Flor fue detenido cerca del hotel, sobre Paseo de la Reforma, para después ser interrogado y llevado preso a la antigua prisión de Lecumberri, lugar donde por algún tiempo gozó de todas las comodidades, gracias a su gran fortuna, que le costeaban sus lujos dentro de las 4 paredes de su celda.

¿Cómo fueron los últimos días de Higinio Sobera?
Años más tarde Sobera fue trasladado a un manicomio llamado “La Castañeda”, debido a que su salud mental empeoro en prisión, guardia de aquel instituto de salud mental aseguraron que “El Pelón” hacía murales con su propio excremento.