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En la escalinata de la Basílica de San Pedro, el decano del colegio cardenalicio el Cardenal Giovanni Battista Re ofició la misa de cuerpo presente junto con 980 cocelebrantes, entre cardenales, obispos y sacerdotes ante más de 200 mil personas que acudieron a despedir al Sumo Pontífice y escucharon el repaso de su vida.
El cardenal portugués Batista Re dio un repaso sobre el legado pastoral del Papa y destacó que hasta el último día de su vida lo hizo de esa manera siguiendo sus principios y la encomienda dada cuando fue nombrado el sucesor de Pedro por la iglesia católica.
Dijo que estar reunidos alrededor de los restos mortales de Francisco era para hacer oración por él “estamos con el corazón triste, pero sostenidos por las certezas de la fe, que nos asegura que la existencia humana no termina en la tumba, sino en la casa del Padre, en una vida de felicidad que no conocerá el ocaso”, señaló.
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“Con nuestra oración queremos ahora confiar el alma del amado Pontífice a Dios, para que le conceda la felicidad eterna en el horizonte luminoso y glorioso de su inmenso amor”, agregó
También agradeció el cariño que la gente le ha mostrado al Papa desde que se dio la noticia de su fallecimiento y a los jefes de estado presentes en la despedida al ‘Vicario de Cristo’, “la masiva manifestación de afecto y participación que hemos visto en estos días, después de su paso de esta tierra a la eternidad, nos muestra cuánto ha tocado mentes y corazones el intenso pontificado del Papa Francisco”
Recordó que lo que sucedió el domingo pasado cuando Bergoglio salió a dar la bendición y luego a recorrer la plaza en el Papamóvil, horas antes de morir son una muestra de lo que fue su objetivo pastoral.
“El Papa Francisco eligió recorrer este camino de entrega hasta el último día de su vida terrenal. Siguió las huellas de su Señor, el buen Pastor, que amó a sus ovejas hasta dar por ellas su propia vida. Y lo hizo con fuerza y serenidad, cercano a su rebaño, la Iglesia de Dios” dijo recordando la frase de Jesús citada por el Apóstol Pablo: donde dice que “La felicidad está más en dar que en recibir”.
Destacó que siempre estuvo atento a los cambios en la sociedad, a lo que sucedía en torno a la iglesia, el mundo, las guerras, la marginación, los desplazados, migrantes y los que menos tienen
“Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos. Además, fue un Papa atento a lo nuevo que surgía en la sociedad y a lo que el Espíritu Santo suscita en la Iglesia” comentó durante la eucaristía.
Sobre sus giras comentó que desde la primera mostró su preocupación por los migrantes y puso especial atención en la que hizo a Irak, entre tantos viajes “incansables” que hizo.
“De sus 47 agotadores Viajes Apostólicos quedará especialmente en la historia el de Irak en 2021, realizado desafiando todo riesgo. Esa difícil Visita Apostólica fue un bálsamo sobre las heridas abiertas de la población iraquí, que tanto había sufrido por la obra inhumana del ISIS. Fue también un viaje importante para el diálogo interreligioso, otra dimensión relevante de su labor pastoral. Con la Visita Apostólica de 2024 a cuatro países de Asia-Oceanía, el Papa alcanzó “la periferia más periférica del mundo”.
Pasó por muchos capítulos de la vida del padre Jorge Mario Bergoglio que se convirtió en el Papa Francisco y se depuduo de él con una petición especial.
“Querido Papa Francisco, ahora te pedimos a ti que reces por nosotros y que desde el cielo bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, bendigas al mundo entero, como hiciste el pasado domingo desde el balcón de esta Basílica en un último abrazo con todo el Pueblo de Dios, pero idealmente también con la humanidad que busca la verdad con corazón sincero y mantiene en alto la antorcha de la esperanza”, dijo para luego llevar el cuerpo del Papa a su última morada.