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Llega la temporada de calor en la Ciudad de México y con ella los olores a orina de perro se intensifican, esto provoca que surjan algunas dudas sobre si es que estos desechos representan un peligro para la salud.
Para muchas personas, los canes son considerados como integrantes de su familia, por lo que es cada vez más recurrente que se lleven a cabo ciertas prácticas que tienen que ver con el cuidado de los animales y del medio ambiente, como recoger las heces de los animalitos.
En espacios públicos de la Ciudad de México es cada vez más común encontrarse con tutores responsables que levantan los excrementos de sus animales de compañía, y los depositan en contenedores especiales para prevenir enfermedades.
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¿LOS ORINES DE PERRO SON MALOS PARA LA SALUD DE UN HUMANO?
¿Qué pasa con los orines? ¿Son dañinos para la salud del ser humano?, son algunas de las preguntas que respondió Ernesto Ávila, presidente del grupo Amascota del Consejo Nacional de Fabricantes de Alimentos Balanceados (Conafab).
El especialista asegura que, a diferencia de las heces fecales, que pueden contagiar enfermedades parasitarias, la orina está lejos de convertirse en un problema de salud.
“La orina de perro es un contaminante muchísimo menos importante, porque solamente va a constituir un problema de salud cuando el perrito tiene una enfermedad bacteriana.
“Por ejemplo, la leptospirosis, que es una enfermedad que se transmite a través del agua y pasa de animales a humanos y puede llegar a ser una amenaza”, afirma.
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Sin embargo, dice, “necesitaríamos estar en contacto con esa agua contaminada”.
“Entonces, si el perro no está enfermo, realmente no es un contaminante, incluso, esta orina puede ser un fertilizante, pues este nitrógeno ureico, que se va a transformar en urea, ayuda a la fertilización de plantas”, dijo Ernesto Ávila.
Aunque es recurrente encontrar personas que levantan la popo de sus perritos, sigue habiendo zonas en las que lo omiten.
Además, algunos vecinos afectados por esas malas prácticas, aseguran que sus espacios, sobre todo durante la temporada de calor, los olores a pipí son muy evidentes, por eso, para evitar que sea más intenso, el médico veterinario recomienda “llevar una botellita con agua para poder limpiar.
No utilizar cloro, porque es un alto contaminante de los mantos freáticos, y al usarlo va a pasar a los ríos, lagos, etcétera”, sugiere el especialista en animalitos.