Actualmente la opinión pública está dividida ante la medida que el Gobierno de México implementó de prohibir la comida chatarra de las escuelas del país.
Sin embargo, remontándonos 40 años atrás en nuestro tiempo escolares, muchos de nosotros le contamos a nuestros hijos que era lo que comíamos en el recreo.
Antes de esto debemos recalcar que la mayoría de nosotros teníamos la fortuna de que nuestra mamá estuviera en el hogar y se preocupara por ponernos nuestro almuerzo.
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Algunos más no llevaban comida, pero sí dinero para gastar en la cooperativa escolar en donde se vendían diversos alimentos elaborados por las mamás de algunos compañeros.
Ahí podías encontrar comida casera de fácil de degustar en los 30 minutos que te daban. Tacos de guisado, dorados e incluso de canasta y otros antojitos que se ofrecían por unos cuantos pesos.
Las aguas de sabor brillaban por su ausencia, pero los jugos de Boing, que principalmente vendíamos los alumnos no podían faltar para saciar nuestra sed.
Obviamente no podían faltar los dulces y las botanas que para muchos era su alimento principal, sin embargo, también teníamos acceso a frutas y verduras con chile para variar.
Afuera de la escuela la cosa se extendía. Había señoras que vendía sándwiches “rabones” de jamón y queso con su respectiva embarrada de mayonesa, el paquete incluía un jugo (Pau Pau o Frutsi) y una manzana.
También había quien vendía tortas y refrescos, licuados y jugos para beber antes de entrar, que eran la salvación si se te hizo tarde.
Algunas escuelas contaban con la fortuna de recibir los desayunos escolares del DIF, con leche, galleta y un postre como palanqueta o mazapán, que a muy pocos les gustaba.
A la salida el rey era el chicharrón preparado, que por increíble que parezca era el único alimento chatarra que fomentaba el consumo de verduras entre los niños, jitomate, aguacate, pero sobre todo col también conocida como repollo que en situaciones normales jamás consumiríamos. Para rematar un poco de proteína en los cueritos de cerdo en vinagre.
Hay quienes dicen que esto se descontroló cuando los alimentos chatarra se volvieron base de la dieta del estudiante y no solo un antojo, además de que antes teníamos más actividades físicas.
El alumno de ahora gasta su energía en los dispositivos móviles y videojuegos, acompañado de muchos productos pocos saludables.
Sin embargo, pese a que no hubo tanto cambio en lo que comíamos, si lo hay en las actividades físicas que hoy por diversos factores no se practican.
Actualmente podemos decir que un gran acierto fueron los comedores escolares que se instalaron en las escuelas de tiempo completo, donde muchos alumnos comían incluso mejor que en su casa y muchos niños los recuerdan con cariño.
Recuerda cuáles eran tus refrigerios favoritos en la escuela, si es así comparte con nosotros aquellos que te llenan de buenos recuerdos y que te gustaría que tus hijos o nietos probaran.